La niñez es la etapa crucial del desarrollo de todas las personas. Es en este momento en el que más se crece físicamente y donde se crean las rutinas y hábitos que condicionarán su rendimiento futuro. Por eso, es fundamental que los niños tengan un descanso abundante y de calidad, fácilmente proporcionado por la elección del mejor colchón posible para ellos.
Elige el colchón según la edad del niño
No todas las etapas de crecimiento son iguales, por lo que los requisitos que debe tener el colchón tampoco son iguales para cada etapa.
En los primeros años de vida, se necesita una firmeza muy alta en el colchón. Los bebés crecen al dormir y realizan muchos movimientos durante la noche. Un colchón blando hará que descansen peor y aumentará el riesgo de padecer curvaturas en la espalda, además de dolores y problemas cervicales cuando crezcan.
Para esta primera infancia, se recomiendan colchones de gran firmeza y adaptabilidad, como aquellos fabricados con látex natural.
Según se va creciendo, puede ir disminuyendo la firmeza del colchón, aunque tampoco debería llegar a ser un colchón blando. La firmeza es crucial para obtener una buena postura de la columna y la espalda en general durante el sueño. No es recomendable que los niños duerman en un colchón blando antes de los 10 años: a esta edad, la firmeza del colchón pasa a ser una cuestión más de preferencia que de necesidad, pero antes es sumamente importante que la firmeza sea alta.
A estas edades, se pueden considerar distintas opciones. Aunque el látex siga siendo una muy buena opción, los muelles ensacados y la viscoelástica firme también son buenas alternativas.
Ausencia total de sustancias nocivas
Para proteger la salud de los peques de la casa, sus colchones deberían estar fabricados con productos naturales y no dañinos para la salud. Algunos certificados, como el OEKO-TEX, asegura que los productos se han fabricado en total ausencia de sustancias nocivas, garantizando la calidad del material y su seguridad.
Distintos tejidos (especialmente aquellos que no sean naturales) pueden ser la causa de alergias, enfermedades respiratorias e irritaciones de la piel, con más incidencia todavía en los niños más pequeños y en aquellos con algún antecedente familiar de dichas enfermedades.
También es muy recomendable optar por tejidos con certificados antiácaros, antibacterianos, antihongos, antihumedades e hipoalergénicos para asegurarse de que ninguna perturbación respiratoria pueda ocasionar un problema de sueño.
Protege su colchón
Alargando la vida de su colchón, también mejoras el descanso de tus hijos.
Los protectores de colchones son el complemento perfecto para ello: especialmente aquellos impermeables, que salvarán a su colchón de algún que otro “pis nocturno” de los pequeñines.
Nuestros protectores Pronébula y Bruner se encargan de garantizar el descanso perfecto, evitando las humedades, los ácaros, las bacterias y los hongos, además de los malos olores y manchas que estos producen. Una buena higiene del colchón y de la ropa de cama es de vital importancia.
Con este simple añadido, tu colchón vivirá más, tu hijo dormirá mejor y tú te preocuparás menos.